“Herida el alma queda,
cuando un amigo se va”.
“Pasó haciendo el bien” “Por sus obras los conoceréis”
Estas frases, no son mías, las
dijeron hace muchísimo tiempo dos señores; un pescador llamado Pedro y Mateo, recaudador de impuestos.
Con el mayor respeto y salvando las
distancias, diría que son perfectamente aplicables
a mi amigo del alma Jesús Pérez González quien recientemente nos ha dejado, porque
lo ha llamado su Cristo de la Misericordia.
Jesús Pérez y Ángel Delgado |
Mi amistad con Jesús, (Jesuli) comienza
allá por años 1945-46 con Mariano Ortega Palomero en la escuela de Don
Cristóbal Ortega Reina en la cuesta Romero. Éramos un trío inseparable, que al
llegar la Semana Santa Chiquita con más compañeros sacábamos “Los Pecados de
David”.
En aquella época todo lo teníamos que hacer nosotros, hoy todas o casi
todas las corporaciones poseen una “cría chiquita de figuras” con la que
disfrutan los padres, hijos y nietos.
Nos hicimos mayores… el trabajo… la
mili… casamiento… cambio de ciudad, hijos etc. y a pesar de todo, nuestra amistad ha perdurado siempre,
por supuesto, el Cristo de la Misericordia es el núcleo de nuestro sentir.
Me vais a permitir glose el por qué
digo, “Pasó haciendo el bien” mi amigo
Jesuli.
Era el benjamín de cinco hermanos en
tiempos dificilísimos y huérfanos de padre. Desde pequeño trabajó en cuanto a
su edad le permitía, pues había que comer tres veces al día… Fue un “currante” nato, listo, despierto, honrado,
fiel, servicial y muchísimos más adjetivos positivos.
Buscando mejor porvenir con su Paqui
de su alma decidieron emigrar a Madrid con una mano atrás y otra delante. Los
principios fueron muy difíciles, pero el amor que desde niños se profesaban,
cogidos de la mano superaron toda clase de obstáculos habidos y por haber con la alegría
que les caracterizan. Sacaron adelante sus seis hijos dignamente, proporcionándole
todo de lo que ellos carecieron. Sintiéndose satisfechos y orgullosos de haber
cumplido con la misión de padres responsables.
Jesuli, a pesar de sus muchos años
viviendo en Madrid, nunca dejó de sentir y pensar en pontanés. Fue uno de los
fundadores de la Manantera en Madrid, ocupando
diferentes cargos en la directiva e incluso la presidencia.
Al llegar la merecida jubilación,
puesto que sus hijos, -como suele decirse-“están cada uno en su casa”, decidió
con Paqui afincarse en La Carihuela, al calor de sus hermanos Rafael, Paquita
(matrona) y Pepe, pasando largas temporadas. Una vez allí, rápidamente contactó
con los paisanos residentes en Málaga y alrededores “alistándose” de inmediato
en El Incienso. Jesús, con su peculiar simpatía, espontaneidad y el saber estar
se hacía notar; organizando viajes, excursiones, San Marcos, ferias etc. En la vocalía
de actividades culturales se movía como pez en el agua, en fin, ¡qué voy yo a
descubrir que no sepan en La Mananta de Madrid y en El Incienso!.
El verano pasado El Incienso tuvo la
delicadeza de rendirle un merecido y cariñoso homenaje al matrimonio Pérez-Gil
(Paqui-Jesús) del cual manifesté detalladamente en “Puente Genil Información”.
La vida no es toda de color de rosa,
está compuesta de luces y sombras… y llegó lo que nunca tuvo que llegar; la
enfermedad que cambió totalmente su vida.
Jesuli, sabedor de la espada de
Damocles…, “hacía tripas de corazón” para no hacer sufrir a los suyos. Tan
claro tenía su “problema” que deseaba venir para ver a su Cristo de la
Misericordia y acompañarlo en el Vía Crucis. Por supuesto, sus hijos sin
dudarlo un momento, operación “carretera y manta” a La Puente, sabían que él
necesitaba de esa visita…
Jesuli, “Pasaste haciendo el bien”.
Todos los que te hemos conocido sabemos
que fuiste buen hijo, buen esposo, buen padre, buen abuelo y buen amigo de tus amigos.
Como buen Samaritano diste lo más
valioso que una persona puede dar; su tiempo y entrega incondicional, eso está
ahí y nadie lo puede negar. “Por tus obras te reconocerán”
Hasta siempre. Un abrazo manantero.
Yo. Ángel Delgado
Semana Santa 1949 Manuel Gómez Reina, Antonio Yelamos Pérez, yo y Jesús Pérez González |