Recopilación de los Pregones de Semana Santa en BIBLIOTECA

martes, 2 de agosto de 2011

MORAGA VERANIEGA 2011 en la playa de Guadalmar (Málaga)

 
MORAGA PONTANENSA EN LA PLAYA MALAGUEÑA DE ARRAIJANAL

JESUS ASENSI DÍAZ. Málaga


La moraga malagueña consiste en asar, con fuego de leña y al aire libre, sardinas u otros pescados de acuerdo con una técnica específica que es a la vez arte, ciencia y rito. Por extensión, la moraga es la fiesta participativa, veraniega, de las clases populares de Málaga que se reúnen en la playa, de noche, para degustar los ricos espetos de sardinas. Suelen ser grupos de amigos, peñas o asociaciones las que todos los años organizan sus moragas como signo de confraternidad resultando un acto de gran raigambre en la Málaga marinera que en esta época se multiplican, de cara al mar, pisando la arena de las playas. La Asociación Amigos de Puente Genil en Málaga, “El Incienso” la viene celebrando desde hace seis años y cada vez con más éxito y mayor afluencia de pontanos.

El lugar elegido, al que hay que solicitar el correspondiente permiso al Ayuntamiento, se encuentra junto a la urbanización Guadalmar. Se trata del paraje conocido por “Arraijanal” que es la única zona del litoral malagueño que queda sin construir y que viene siendo objeto de gran polémica en estos últimos años por la protección ambiental que muchos desean, frente a la construcción desaforada de la misma que otros pretenden. Es el único ecosistema marino que aún nos queda por lo que se habla de preservarlo y poner en valor no sólo este original ecosistema sino también los restos arqueológicos existentes, mediante dunas naturales, zonas de vegetación mediterránea, una laguna, un centro de interpretación, etc. El lugar posee mirtos, una planta aromática, y eucaliptos y el proyecto sería transformarlo en un auténtico parque periurbano de uso público. Pero las presiones del urbanismo salvaje y la falta de sensibilidad de muchas gentes, incluyendo entes públicos, pueden dar al traste con esto y llenar este espacio emblemático de cemento como nos tienen acostumbrados.

Pues bien, en este lugar especial, se reunieron los pontanenses de “El Incienso” para pasar una velada muy agradable, con gran hermandad y recordando a su pueblo y a sus gentes. Estaban los socios y allegados, estos amigos que ya saben de las virtudes asociativas de los hijos de La Puente y su acogimiento y afabilidad, pero había también muchos pontanenses de vacaciones en la costa que se enteraron del evento. Las sardinas, riquísimas -se asaron dos cajas- están ahora en su momento óptimo, con la grasa suficiente y con su costra de sal que al desprenderla nos encontramos con el bocado más exquisito que ofrece el mar, un verdadero regalo gastronómico. Después de las sardinas hubo panceta, pinchitos, chorizos y morcillas todo ello regado por el buen vino pontanés. Hubo alegría, abrazos, canticos, repaso a las cosas del pueblo y hasta, en la noche malagueña, sonó una cuartelera, fruto de vendita locura de los hijos de La Puente que no olvidan su Semana Santa.

Allí mismo, el incansable Jesús Pérez, informó de la próxima actividad, un viaje de tres días a Matalascañas, Vila Real de San Antonio, Palos, La Rábida, El Rocío y Bollullos, muy bien programado, para el 23 de setiembre que se espera sea del agrado de todos y llene las cincuenta plazas del autocar. Y es que la Junta Directiva de “El Incienso”, que preside Manuel Bedmar se desvela en ofrecer a sus socios alternativas diversas de ocio y de hermandad.