Recopilación de los Pregones de Semana Santa en BIBLIOTECA

lunes, 5 de enero de 2015

ASÍ NACIÓ Y AQUELLO CRECIÓ

SE JUNTAN CUATRO DE PUENTE GENIL Y CREAN…
Este es un dicho que suele decirse por aquí, que suena a tópico, pero suele cumplirse. Si no, que se lo pregunten a grupos como "Los Samaritanos", cuyos fundadores estando en ese exilio que da a veces, las muchas ganas de trabajar, formaron sus corporaciones.
Pues bien a principios de los noventa un chico de los nacidos en los años setenta, tuvo que buscarse la vida por la capital malagueña. Allí compartiendo piso con otro pontanés, compañero de trabajo en una farmacia, vivían el día a día lo mejor posible, hasta que llegó el primer jueves lardero fuera de su tierra. Esto para dos mananteros a cien kilómetros de Puente Genil y en una época en la que ni las carreteras ni los coches ofrecían la comodidad de ahora, era todo un sufrir. Así que se buscaron la vida para contactar con otros pontanenses que trabajaban por allí y salir a buscar un bar o lugar donde brindar con un Montilla-Moriles mientras disfrutaban de una tertulia manantera. En aquel ambiente, de vez en cuando se soltaba alguna que otra saeta cuartelera ante el asombro y algunas veces la mala cara de algún tabernero o cliente del bar.
Año tras año visitaban lugares para encontrar el idóneo. Hasta pasar por el famoso Pimpi, la sede de la casa Córdoba, lugar donde encontraron una habitación para sus reuniones y en el cual la segunda bota era vendida a precio de oro.
Posteriormente, la casa Córdoba se trasladó a calle Victoria, ubicación en la que prácticamente se encontraban rodeados de pontanenses y esta vez sí fueron atendidos de forma magistral pudiendo explayarse en el cante de la saeta cuartelera. Lugar donde por respeto no se cantaron coreadas relativas a Puente Genil por no ofender a los que no eran de nuestro pueblo y todo ello acompañado de vino de nuestra tierra y unas magníficas tapas, en las cuales la forma de pago era su presencia con el trocito de tradición que habían llevado.
Hay que decir que el número de personas de Puente Genil que se juntaban cada jueves lardero, iba aumentando año tras año, hasta llegar el año 1998. En este año aquel chaval que partió de Puente Genil a principios de los 90, se había ya casado y tenía un piso en calle Sthendal, en cuya zona diáfana de la comunidad de vecinos tenía un amplio local.
Ni que decir tiene que este local, se pidió a la comunidad de vecinos para celebrar aquel jueves lardero. Esta vez se les había ido de las manos el buscar pontanenses, debido a que el número de esta celebración superaba la treintena con mujeres y todo.
Con todo el día de preparativos, compras y montar el evento, se encontraron con una mesa repleta de viandas de los que dicho día se estila, y vino del pueblo, un radio cassette con una cinta de semana santa tocando “Enriquetilla” y todos desfilando alrededor de la mesa.
A altas horas de la noche se formó un corro de mujeres alrededor de una estufa y en la punta contraria un corro de hombres y alguna mujer cantando coreadas, tan bien lo hicieron que ningún vecino se quejó, incluso alguno al día siguiente lo felicitó. Al acabar coreando un “Batido”, alguien dijo de forma eufórica: "Hay que crear una asociación para estas cosas aquí en Málaga", y uno gritó: "¡Tú de presidente!", este le dijo a otro: "'¡Tú secretario!", y así se fueron repartiendo cargos hasta que uno dijo: "¿Qué nombre le ponemos?"
Y contestó Ernesto Cáceres: "El…

Esta es la historia de Perea, Chaparro Del Pino, Cáceres, Galán y tantos otros que aquel día fundaron la asociación manantera El Incienso en Málaga.
Y es que se juntan cuatro de Puente Genil y crean…
Escrito por Francisco José Perea


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