D. Esteban Morales, Alcalde de Puente Genil, renueva el Voto a la Patrona |
En la villa de la Puente de Don Gonzalo, el domingo día 8 de
mayo de 1650, se juntaron en cabildo abierto el Concejo, Justicia y Regimiento,
eclesiásticos y seglares, alcalde mayor, el vicario parroquial, alcalde
ordinario, alguacil mayor, licenciados, rector y curas de dicha iglesia;
doctores y licenciados, comisario del Santo Oficio, presbíteros, escribanos
públicos “y otros muchos vecinos de esta Villa, y todos por sí, y los demás
vecinos de ella, así eclesiásticos como seglares, que de presente son, y en
adelante fueren,” hicieron de forma oficial y dijeron:
“ QUE por cuanto han reconocido el riguroso castigo de la
Divina Justicia que los vecinos de esta Villa han padecido con la plaga
universal del pestilente contagio, y procurando los medios necesarios para
reparo de tanto daño, y considerando que el principal y más seguro era templar
la indignación de Dios Nuestro Señor, que nuestras culpas habían ocasionado, y
que esto más cierto se podía esperar por intercesión de su Santísima Madre la
Virgen María Nuestra Señora, cuya Purísima Concepción, sin mancha de pecado
original, siempre han venerado…, nemine discrepante, la eligen y votan por tal
Patrona de esta Villa, …y desde ahora para siempre jamás se obligan y obligan a
los demás vecinos de esta dicha Villa que de presente son, y en adelante
fueren, que guardarán y cumplirán dicho voto, y defenderán en público y en
secreto el Misterio de la Purísima Concepción, …, y harán fiesta especial todos
los años perpetuamente, en dicho día, con procesión solemne á su iglesia, en
que ha de asistir lo eclesiástico y secular, …, y ayunándole en su vigilia, y
todo lo referido guardarán, cumplirán y ejecutarán para siempre jamás… ”.
Encontraron a esta Imagen la más a propósito para
encomendarse, pues como leemos en el Voto era antigua la devoción hacia Ella;
ya que dejan claro que a esta Imagen “…siempre han venerado y há muchos años
que han deseado votarla por patrona de esta dicha Villa, por la devoción que
siempre han tenido…”.
El voto coincidía con el momento más grave de la epidemia, a
la vez que revela un sorprendente auge de la devoción concepcionista. Por aquel
tiempo surgía la piadosa tradición que contaba la aparición de la Purísima a un
franciscano enfermo del contagio en el improvisado Hospital de “La Barrera”. En
este ambiente fervoroso, posterior al Voto, tuvo lugar el milagro de la
curación de la Villa; no como hasta ahora de forma popular se creía: que los
vecinos se encomendaron a la Virgen para que los curara, la Villa se
restableció y decidieron votarla por Patrona.
Vemos, mediante las Actas Capitulares, que no fue así; ya
que deciden elegirla Patrona el mismo día que los médicos, traídos de Montilla,
visitan la población. Cuando la enfermedad estaba en su punto más grave. Ponen
sus esperanzas en Ella “con todas las cláusulas, requisitos y solemnidades”, y
a partir de este momento, 8 de mayo de 1650, surge la pronta recuperación de la
Villa. En tan solo un mes se pide a los médicos publiquen la salud y disponen
la celebración de una fiesta en acción de gracias a la Purísima:
“Que por cuanto Dios Nuestro Señor por intercesión de
Nuestra Señora de Concepción, a quien este cabildo tiene por patrona, ha dado
la salud a esta villa y vecinos del achaque del contagio que padecía y en la
convalecencia hay algunos enfermos y ha muchos días que no han entrado enfermos
en el hospital ni se han muerto, y para que conste lo referido, se acordó que
los médicos de esta villa y cirujanos del hospital declaren y se hagan todas
las diligencias que convengan en orden a lo referido y constando de dicha
sanidad se publique la salud el domingo diez del corriente y en hacimiento de
gracias este Concejo haga una fiesta a Nuestra Señora de Concepción en la
iglesia parroquial de esta ciudad ”.
El 7 de julio, el concejo trataba sobre los gastos
ocasionados por el contagio. La Villa carecía de medios suficientes para
afrontar estos gastos, pero pudo contar con aportaciones de la Cofradía de
Santa Ana, de la Cofradía de la Santa Caridad, del Obispo de Córdoba y, sobre
todo, con las limosnas de los vecinos.
Durante las celebraciones religiosas la Imagen de Nuestra
Señora permaneció en la Parroquia. Su regreso a la ermita de la Madre de Dios
estuvo acompañado de festejos que el concejo ayudó a sufragar. En las Actas
Capitulares de la sesión del 16 de octubre de 1650 se acuerda “que se pague de
los propios de este concejo a Juan Ruiz Obrero, párroco y mayordomo de la
Cofradía de la Concepción, cien reales para ayuda de las fiestas que se hizo
para llevarla a su ermita”.
En definitiva el Voto es un juramento, en el que, como bien
leemos, se obligaban y nos obligan a cuatro compromisos:
Primero defender el Misterio de la Purísima Concepción; en
segundo lugar, hacer una Fiesta Especial todos los años el 8 de diciembre, con
Procesión Solemne, tercero han de asistir los sacerdotes y seglares; y por
último Ayunar el día 7. Abstinencia que se ha perdido sin justificación. Sería
conveniente seguir reavivando estas cuatro responsabilidades que tienen los
hijos de Puente Genil y retomar las que se hayan mermado. De esta manera
guardaremos y cumpliremos a la Purísima nuestra promesa.
Fuente de información, nuestro blog amigo: PONTANEANDO